Ha iniciado un nuevo año y con el, nuevos retos y desafíos. Un Puerto Rico que gime a una la necesidad de un mensaje esperanzador y transformador.
Interesantemente he sido encomendada a la supervisión y coordinación del Ministerio de Educación Cristiana y la iglesia de la niñez en donde me congrego. Después de varios años laborando en la obra del Señor, tengo que reconocer que nunca trabajé tan de cerca con los niños y niñas. Al menos, no más allá de obras de teatro, coreografías, manualidades etc. al ser recurso de campamentos y otros eventos especiales. Hoy, madre de dos niños pequeños, me hace mucho sentido el que Dios me haya escogido en este tiempo crucial.
Estoy orando, leyendo, preguntando y sé que Dios nos ayudará. Que privilegio tan grande el poder bendecir a la población mas sensible, recepitva y llena de energía: la niñez.

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