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viernes, 2 de septiembre de 2011

¡Que maratón!

Sé que los blogs no son, necesariamente, un diario pero tenía que encontrar la forma de compartir varias experiencias de esta semana con ustedes.

Llevo una temporada desarrollando mi tesis de maestría y ha llegado el momento de matricularla para defender antes de diciembre (diciembre 2 para ser exacta). No fue hasta este miércoles, 31 de agosto, que caí en cuenta que debía matricularme, así que entro a la página de internet de la Universidad del Sagrado Corazón (intencionalmente quiero reconocer esta institución) y veo en el calendario que el último día de matrícula tardía es el 2 de septiembre. WHAT!? Sabía que estaba corriendo en contra del reloj (out of time), pues debía solicitar readmisión. Al ver el panorama tan complicado, tengo que confesar que dude, me pregunté si debo cambiar el tema de la tesis, si lo debo dejar para otro momento, aun así, me doy a la tarea de comunicarme al Departamento de Estudios Graduados y para mi sorpresa habían cambiado de coordinadora... perdía más las esperanzas; "¿Si no conoce mi caso?, ¿Si no sabe quién soy? y ¿Si me pide la propuesta de tesis?" La secretaria, muy amable por cierto, me dijo "emm mejor escríbele un email y cuéntale...". Ni modo, le escribí. Recibí respuesta casi inmediata, esta respuesta tenía algunas preguntas y seguía en contra del reloj, eran las 3:00pm de la tarde, así que mejor "me tiré" a la universidad, con mi hijo por cierto, asunto que atrasa un poco todo por el coche etc.

Rumbo a la oficina en el tapón de Hato Rey llamo a la nueva coordinadora la cual me contesta: “¿Ana? Ya te firmé la readmisión, firmé, la matricula así que te espero” ¡WAO! Va mejorando el asunto. (algo estaba pasando) Entre cosa y cosa (dejar a mi esposo en la Universidad, recoger a mi bebé y los tereques) llegué a las 5:00pm y cerraban a las 6:00pm; empezó el maratón de una oficina a otra:

Un joven me ayudó a cargar a Alejandro con todo y coche para subir por las escaleras que me llevaban a Registro.

En Registro no hice fila, tampoco me colé, la joven me preguntó qué necesitaba, le mostré los documentos, lleno algo ahí y me dijo “vete a Caja”.

La joven de Caja que me había visto en el corre y corre (con el coche), después de haber cerrado me permitió pagar la Readmisión con una sonrisa en su rostro.

Corrí a Estudios Graduados, me entregaron otros documentos y de ahí se supone que fuera a Registro fui, pero ya habían cerrado y me dijeron “eso tarda mucho y yo apagué el sistema”. Con esa respuesta fui a mi nueva coordinadora (que por cierto fue mi profesora de Contabilidad) para decirle hasta donde me quedé en el proceso, y exclamó “¿Cómo? ¡No puede ser, vamos!” dejé el nene con su secretaria y corrimos (literalmente) a Registro. En mi mente decía “Ya cerraron, a qué vamos, está bien yo me conformo, quizá fui negligente”. Pero era el favor de Dios. Allí nos atendió un caballero, ella le peleó como si hubieran hecho conmigo una injusticia. El responde a su reclamo: “Yo me llamo Josefino, y no conozco ningún otro con mi nombre (¿aja y?) yo me quedaré con tus documentos y los entraré yo mismo, vienes mañana…” Yo estaba muy sorprendida, no merecía tan buen trato.

Al otro día (jueves), en Registro, sin hacer fila ni tampoco colarme, me entregaron un sobre con mi nombre al abrirlo estaba mi readmisión aprobada y mi matricula aprobada, solo faltaba que la hubiera pagado…pero de eso también Dios se encargó. Aquel día pagué parte del balance correspondiente y hoy identifiqué una beca, una beca que provee una institución que vi nacer. Literalmente Dios bendijo mi esfuerzo. Ese jueves, regresando a mi lugar de trabajo Dios me regaló en el cielo un arcoíris…

Para finalizar, hoy viernes, en un taller conversaba con una capellana y cambiando repentinamente el tema me dijo “Y los proyectos que tienes en mente los lograras hacer, porque son mis proyectos, ten cuidado con los que dicen ser amigos (…) y cómo sabes que soy yo quien te habla… Yo Soy (…)” Una señora que no me conoce en lo absoluto...pero Dios si, y cada palabra que esa mujer pronunció con un gozo particular, se que venían del mismo corazón de Dios y entonces suspiré, recordé y afirmé que Él es mi Pastor…

Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Jeremías 29:11