No sé si me estaré “poniendo vieja” o qué será, pero me siento muy bien… bien pero no conforme, claro.
Mi hijo es un hermoso, saludable y alegre bebé que sirve de eslabón en nuestro hogar, uniéndolo todo. Mi esposo entra en una nueva etapa académica, que me llena de mucho orgullo, y yo, vivo y camino en la esperanza de terminar mis estudios, avanzar en mi carrera ministerial y profesional, para seguir sirviendo. Doy gracias a Dios porque El mueve nuestros pies a su voluntad, y ésta, es buena, agradable y perfecta.
P
ero llegar a este “clímax” no surge de la nada, surge en primera instancia de la pasión que tengo por vivir para Aquel que murió por semejante “cosa”, Aquel que siendo yo vil, extendió sus manos de gracia y me hizo quien soy. El mirar a ese blanco, mi Jesús, me ha mantenido enfocada, cuerda y paciente. Si yo hubiera continuado dirigiendo mi vida…la historia seria otra.
Ciertamente mis ojos ven una cosa, pero con las gafas de la fe, veo, saludo y agradezco otras. Es caminar-accionar con fe y dinamismo. Siempre orando, siempre amando y siempre creyendo.
Por otra parte, surge de la habilidad de planificar. A Dios que haga lo imposible y nosotros hagamos lo posible. Dentro de esto, planifiquemos.
En la high (escuela superior) me decían "Happyface" así me siento.
